El proyecto educativo nacido en 1607 en Burdeos con Santa Juana de Lestonnac pronto trascendió a España y, en el siglo XVIII, dio el salto hacia América. En 1780 se fundó en Mendoza el Convento y Colegio de la Buena Enseñanza, primera casa de la Compañía de María en el Virreinato del Río de la Plata. Esta llegada fue fruto de un sueño que maduró en la fe, sostenido por mujeres laicas que, conociendo la obra de Juana de Lestonnac, pusieron su vida y bienes al servicio de la educación de la mujer en tierras cuyanas.
El impulso decisivo vino de Doña Juana Josefa de Torres y Salguero, viuda del General Don Bartolomé de Ugalde. Tras varios intentos frustrados de crear un monasterio en Córdoba, se trasladó a Chile. Allí, el jesuita Onofre Martorell le hizo conocer la vida de Juana de Lestonnac. Al reconocerse en su historia –viuda, con frágil salud, pero apasionada por la educación de las mujeres–, Doña Juana abrazó el mismo sueño: fundar un colegio de la Compañía de María en Mendoza.
Desde 1749 hasta 1757 se sucedieron trámites ante la Corona, la Real Audiencia y las autoridades eclesiásticas para conseguir la aprobación. Hubo obstáculos geográficos, políticos y sociales, pero también la firme convicción de que la educación de la mujer era urgente y necesaria. En cartas, gestiones y apoyos de Provinciales y Obispos, se reconoció a la Compañía de María como idónea para transformar la realidad mendocina. La constancia, la visión y la fe de quienes impulsaron este proyecto sostuvieron su gestación a lo largo de años difíciles.
Finalmente, en 1780 se concreta la fundación en Mendoza. La obra se levantó como respuesta a los sueños de Juana de Lestonnac y a la perseverancia de Doña Juana Josefa. El Convento y Colegio de la Buena Enseñanza abrió sus puertas como un espacio de formación integral, donde las niñas y jóvenes mendocinas comenzaron a recibir educación en fe, cultura y compromiso social. A partir de allí, la semilla creció y se consolidó como un faro educativo en la región, llevando hasta hoy el legado de Santa Juana: “educar para que cada persona llegue a ser lo que está llamada a ser”.